Por las pataditas en la barriga. Por sentir la vida crecer en mí.
Por descubrir en otros ojos un vínculo eterno.
Por la primera palabra. Por las sonrisas. Por los bracitos que se alargan desde la cuna.
Por las canciones a voz en grito en el coche. Por los dibujos. Por los besos espontáneos. Por los besos robados.
Por las broncas y las lágrimas. Por las expectativas cumplidas y por las fracasadas.
Por todo lo bueno que queda por venir. Por todo lo bueno vivido. Por lo malo que nos une. Por lo que conseguiremos juntos.
Por ayudarme a ser mejor persona, más generosa, más abierta, más flexible. Por ayudarme a dejar el tabaco, a comer verdura y a cumplir horarios.
Por la alegría de ser como son, por la esperanza de que sean como serán.
Por darme ganas de vivir incluso cuando las sombras acechan.
Porque vienen del pasado y van hacia el futuro. Porque me lo dan todo sin saberlo.
Porque son libres y son míos.
(Imagen: Forges)
¡Felicidades!
ResponderEliminarTe adjunto este poema, que ya conocerás, pero que a mí me gusta mucho. Es mi regalo para tí.
ResponderEliminarTus hijos no son tus hijos (Kahlil Gibran)
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad
Gracias. Es un poema precioso pero sus sabios consejos ¡son tan difíciles de seguir!
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