sábado, 15 de octubre de 2011

Lofesindeyer

Como la tormenta no amaina y parece que va para largo es mejor que no nos quedemos quietos o nos calaremos para siempre.

Así que os invito, si queréis, a seguirme en mi nuevo blog.

Seréis bienvenid@s.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Aprovecha

Aprovecha el llanto de tu hijo en la madrugada.
Camina somnolienta, apoyándote en las paredes del pasillo, con los ojos doloridos y la boca pastosa.
Cada paso que des, cada gesto que hagas sobre la cuna, cada beso dedito por dedito, cada gotita de sudor que seques en la noche, cada suspiro que te llegue de alivio y de paz... serán energías que, guardadas en el bolsillo secreto de tu corazón, irás gastando a poquitos cuando los años pasen.

Aprovecha las incursiones del hijo en tu cama cuando más cansada estás y te apetece ocuparla así que el padre ha dejado un hueco.
Rehácete, acurrúcate, deja que sus manitas toquen la piel que más les gusta, que te revuelva el pelo, que enlace sus piernas con las tuyas, que su pelo fino te haga cosquillas, que de su naricilla te llegue la respiración satisfecha... serán energías que, guardadas en el bolsillo secreto de tu corazón, irás gastando a poquitos cuando los años pasen.

Aprovecha el momento en que deja de comer y sólo sigue si tu mano le lleva la cuchara a su boca.
Hazle el avión, abre tu boca al compás de la suya, aprovecha para contarle el cuento, cantarle la canción, deja que se enfríe tu comida mientras él ríe contigo... serán energías que, guardadas en el bolsillo secreto de tu corazón, irás gastando a poquitos cuando los años pasen.

Aprovecha cuando, cómodamente sentada en el sofá, oyes su voz que te pide que vayas a bañarlo.
Ve, aunque el día te haya gastado la energía y te acerques al baño arrastrando los pies, enjabónalo, toca toda su piel, recorre los caminos que se te olvidarán, haz burbujas y pedorretas, sóplale la espuma, envuélvelo en una suave toalla y finge que se ha perdido y no lo encuentras... serán energías que, guardadas en el bolsillo secreto de tu corazón, irás gastando a poquitos cuando los años pasen.

Aprovecha chillidos y lágrimas y berrinches y preguntas. Aprovecha su olor y su tacto. Aprovecha su risa y su admiración. Aprovecha que eres la mejor madre. Aprovecha que busca tu mano, que te pide mil veces un cuento en la cama, que tenga sed y pis y caca y miedo y te busque entre la gente y se le salten las lágrimas si no estás en la puerta de la escuela cuando abren. Aprovecha que mida su mano con la tuya, que crea que lo sabes todo, que quiera casarse contigo.

Aprovecha todo lo que ahora gozas porque te alimentará en días venideros. Quizá también él, algún día, aprovechará lo que tiene guardado en su corazón sin siquiera saberlo.

(Imagen: lamujersemilla.wordpress.com)

jueves, 8 de septiembre de 2011

El poder de las risas compartidas

Hay días memorables, días históricos, días que se te quedan grabados para bien o para mal. Días trascendentales, días únicos.

Y también hay días luminosos de los que quizá no se recuerden las conversaciones que se tuvieron, ni lo que ocurrió, ni quién dijo qué. Y, sin embargo, te recargan energías perdidas, te devuelven la fe en la conversación, en la complicidad.  
Días como los que viven los adolescentes -de quienes ya nos sentimos tan lejanos-  en los cuales el compartir risas, chismorreos, experiencias, opiniones y hasta simplezas nos devuelve una alegría genuina, sin intereses ni angustias, que jamás debimos perder.

Celebremos el haber disfrutado un día de luz como la que traen aquellos que te alegran.

(Imagen: enrike45.wordpress.com)

lunes, 5 de septiembre de 2011

Cosas que no me trajeron los Reyes Magos

Paciencia cuando más lo necesito.
Ilusión cuando el viento se pone en contra.
Fuerza ante los contratiempos.
Silencio ante los ataques.
Pasión sin fisuras.
Mano firme y suave.
Esperanza sin desaliento.
Templanza ante los desatinos.


Olvidé ponerlo en mis cartas y ahora parece tarde.

(Imagen: fotografía personal. Años 60)

sábado, 3 de septiembre de 2011

Melancolía

"No hay quien pare la saeta del reloj
ni el calendario.
No hay quien rija el minutero
y su fugaz pasar de años.
Nuestro verano ya pasó,
están varados todos los veleros.
Arena en el recibidor,
el cuarzo guarda todos mis anhelos hoy.
Septiembre suena en el buzón
y la nostalgia se disfraza de postal.
Aquel ocaso en El Saler,
pinta una luz dorada en mi recuerdo.
Suave el otoño firma el fin,
con una taza de canela, té y limón.
Se queman los campos de arroz,
y vuelvo a echar en falta el suéter de algodón.
La piel comienza a blanquear,
el entretiempo se hace sitio en un rincón,
sospecho que ya no se irá,
el dietario tiene hoy las de ganar.
No hay quien dé la vuelta al tiempo y su motor bien engranado.
No hay quien burle al domador
que mueve el sol al otro lado.
Vuelve a degustar un trozo de eternidad.
Vuelve a contemplar el sueño de las medusas.
Blancos torreones de cristal,
largas procesiones de agua y sal.
Nuestro paisaje cambia igual,
aunque intentemos atrapar la levedad.
Lo que fue lava de un volcán,
hoy se desliza en la profundidad del mar.
Un sueño de la realidad,
se diferencia en el presente nada más.
La cuerda floja del ayer,
se balancea inerte, no se deja ver."

¡No se puede decir mejor de lo que lo que cantan Presuntos Implicados!

(Imagen: cojinesmeditacionananda-mrb.blogspot.com)

jueves, 1 de septiembre de 2011

El secreto es elevarse

Todo tan nublado, todo tan gris. Lluvia o tormenta, frío en el cuerpo... Pero el Sol sigue brillando. Lo sabes aunque no lo notes. Lo recuerdan tus huesos y tu alma.
Y sabes el secreto: subir, subir; elevarse hasta dejar abajo las nubes. Y cuando estés por encima de ellas sientes de nuevo el calor del Sol, su caricia en tu piel. Todo lo doloroso, lo duro, queda abajo y allá, en lo alto, vives de nuevo como en las tardes soleadas de la infancia.
Pero elevarse es el secreto. Difícil aprenderlo, difícil conseguirlo, difícil mantenerlo.
Se aceptan lecciones de quien lo haya conseguido.

(Imagen: fondospaisajes.net)