sábado, 7 de mayo de 2011

Las dos de la madrugada

Las dos de la madrugada es una hora perfecta.
Para los trasnochadores, que acaban de empezar la fiesta.
Para los madrugadores, que llevan ya horas de sueño y el nuevo día se acerca a sus vidas.
Para los tristes, que se cuecen a fuego lento en su dolor.
Para los felices, que llevan a sus sueños las experiencias vividas.
Para los viejos, que conectan la radio y disfrutan con las conversaciones de solitarios.
Para los jóvenes, que disfrutan entre amigos.
La hora perfecta para los que se han rendido, a quienes nadie descubrirá hasta que sea demasiado tarde.
La hora perfecta para los vividores, que disfrutan despiertos o dormidos de lo que la vida les ofrece.

Sólo las madres sienten que las dos de la madrugada es una hora dolorosa. Cuando llevan los hijos en su vientre porque les despierta su agitación en el reposo. Cuando les dan el pecho porque los bebés consideran que es una hora ideal para vivir. Cuando están creciendo porque las pesadillas los agitan y los miedos los acechan. Cuando son jóvenes porque allá fuera ellas los ven envueltos en peligros. Siempre hay unas dos de la madrugada para sentir el peso de ser madre.

¿Cuándo volverán las dos de la madrugada a ser el nido cálido donde se fragüe el nuevo día?
 
(Imagen: todoarequipa.com)