viernes, 29 de abril de 2011

No sé qué es de mi oreja sin tu acento

Pido prestado este verso preciso y precioso a Miguel Hernández para hablar de las voces.
Tenemos por costumbre alabar los ojos, las miradas, el gesto, el roce, los labios... Y allí, en la distancia, olvidadas, dejamos las voces.

Yo, que tengo un pésimo oído para la música, aprecio sin embargo los tonos, los matices, los acentos, las cadencias que quiero...
Yo, que soy gritona por naturaleza y por deformación profesional, valoro el susurro, el silencio, la voz calmada...

Una voz amiga, una voz amada, nos devuelve a la vida si estamos cayendo. El acento inconfundible de alguien que nos quiere, nos respeta, nos comprende, nos salva de lo oscuro. Creemos a veces, incluso, oír a alguien que ya no está entre nosotros y eso nos reconforta. En cambio, cuando queremos recordar una voz que ya se nos fue y somos incapaces sentimos que estamos perdiendo parte de nuestra historia y de nuestra vida.

Las voces, las grandes olvidadas, nos han dado placeres infinitos: llamamos al novio adolescente del que acabamos de despedirnos para oír cómo nos da las buenas noches de nuevo; llamamos a la amiga para oír que está de nuestra parte, que se pone en nuestro lugar, que nos consuela; llamamos de madrugada a nuestro hijo y oirlo, aunque sea mintiéndonos, nos da la vida; escuchamos los cuentos en la infancia, los cotilleos en la adolescencia, las promesas en la juventud; ponemos canciones que nos traen dolores y alegrías, las tarareamos, las gritamos, nos liberan y nos ayudan; escuchamos,oímos, sentimos, percibimos...

Gracias a tantas voces: las que me acunaron, las que me sostienen, las que me confortan, las que crecen a mi alrededor, las de mi pasado, las de mi presente. Y gracias al silencio, ese placer único que con frecuencia nos es negado.

jueves, 28 de abril de 2011

Cómo sufrir fácilmente

Saber sufrir es un don. Con él se nace pero también puede cultivarse adecuadamente y perfeccionarlo con el paso del tiempo.
Un buen sufridor o sufridora debe saber que toda situación agradable o placentera encierra una posible consecuencia negativa. No debe olvidarse que un periodo de buena racha es preludio de alguna desgracia que nos acecha.
El refranero popular, deconstruido adecuadamente, puede ser un vivero de consejos, un ramillete de pistas que nos acerquen hacia el objetivo de ser unos auténticos sufridores.
Para muestra unos botones: "Después de la calma siempre viene la tempestad", "No hay bien que por mal no venga", "Menos se perdió en la guerra", "Duelos con pan son duelos", "No hay daño que tenga apaño", etc., etc.

Podemos ser sufridores generalistas o sufridores especializados. Si nos atrae el mundo generalista nuestro sufrimiento puede diversificarse: nos hace sufrir lo propio, lo ajeno, lo real, lo inventado, lo presente, lo pasado, lo futuro...
Si queremos una especialidad podemos escoger entre sufridores retrospectivos (siempre es lo pasado lo que les importa), sufridores prospectivos (nos centraríamos en el futuro), sufridores internos (lo propio), sufridores externos (lo ajeno), sufridores de la salud, de la economía, de la ecología, etc.

Ahora bien, en el tema del sufrimiento, el grado más alto en el escalafón lo ocupa el sufridor universal retrospectivo prospectivo. Este estatus no está al alcance de cualquiera y requiere empeño, condiciones y experiencia. Debe este sufridor preguntarse si lo que hizo, dijo, obvió u omitió fue lo correcto y debe llegar a la conclusión de que NO. Debe también preguntarse si lo que pasará mañana, el año que viene o la próxima década será mejor y debe concluir que NO. Debe meditar si el futuro del planeta es halagüeño, si su salud mejorará, si sus caminos serán despejados... A éstas y otras preguntas deberá siempre contestar que NO. A la hora de evaluar los triunfos, los logros, las mejoras... se achacarán siempre a la suerte pasajera a punto de volverse en contra. A la hora de evaluar los achaques, los reveses, las penas... deberá deducirse que así es la vida y así seguirá siendo.

Perseverad en ello y quizá lleguéis a la excelencia en este aspecto. Si sois madres probablemente llevéis algo de ventaja para llegar a alcanzar la meta.
(Imagen: Flickr)

miércoles, 27 de abril de 2011

Las virtudes cardinales de una madre




Quienes tuvimos que estudiar el catecismo recordamos las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Cuando las recitábamos de memoria no teníamos ni idea de lo que querían decir pero tampoco sabíamos que tendríamos oportunidad de aplicarlas cada día.

Prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo. Gracias a esta virtud aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar. Esta virtud aplicada a la ciencia maternal nos permite maniobrar con elegancia entre el castigo y la flexibilidad, entre el mimo y los morros, entre la mirada asesina y el perdón sin condiciones.

Justicia es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común. La virtud de la Justicia en ciencia maternal se traduce en esperar contando hasta cien antes de hacer con tus hijos lo que te pide el cuerpo, no escatimar los besos de uno en favor de otro y analizar sus razones con la importancia que ellos les conceden.

Fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa. La Fortaleza en las madres es la virtud que nos sustenta en las noches de lactancia pero, sobre todo, en el tránsito por la adolescencia filial sin caer en la desesperación.

Templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. Nos ayuda en nuestra tarea materna a no esperar de nuestros hijos que sean Einstein si les gusta la ciencia, Paco de Lucía si tocan la guitarra o Naomi Campbell si se prueban modelitos. Nos controla los anhelos y modera las visiones del futuro.

¿Cómo? ¿Que no os reconocéis en esas madres modelo de Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza? Bienvenidas al club.
Por lo menos que no nos falten las virtudes teologales: Fe en que lo hacemos lo mejor que podemos, Esperanza en tiempos mejores y Caridad para con nosotras mismas. Amén.

(Imagen: fatima.org.pe)

domingo, 24 de abril de 2011

La barandilla en los balcones (IV)

Hoy las calles se han llenado de rosas y libros. Bueno, ya fue ayer.
Quien lee siempre, quien nunca lee, quien jamás pisó una biblioteca, quien a duras penas junta las letras, quien devora todo lo escrito, quien es exigente, quien es complaciente, el lector, el escritor, el profesional, el diletante, el que busca ayuda en los libros, el que busca consuelo, el que busca conocimiento, el que busca placer, el que busca certezas... Todos se han lanzado a la calle y los libros se lo agradecen.

Yo también agradezco a los libros que existan y que me proporcionen tanta felicidad.

" (feliç) que tot el que arriba a desitjar/ho pot comprar a qualsevol botiga."
"No sé si era feliç, però el futur existia/i els dubtes de la vida tenien tots resposta"
"Sento l'enyor del temps que éreu infants,/joguines als meus braços, companyia.
Quan jo era un déu en el vostre univers/limitat i precís, sense passat."
("La pols del carrer" Júlia Costa)

"Dijo que el silencio de una madre no es una declaración de paz, sino la bomba que pone fin a la guerra. Dijo que cuando una madre se reserva su opinión lo que hace es transmitirla de un modo incontestable."
"...porque las mentiras suelen quedar atrapadas en los fundamentos del castillo de naipes con que vamos construyendo la vida. A menudo, basta con retirar una para que el edificio entero se desmorone."
("Mentira" Enrique de Hériz)

"Yo comprendo confusamente que he perdido el estado de gracia que me duró toda la infancia."
"Debería uno conservar el recuerdo de la última vez que caminó de la mano de su padre."
"Un libro es una madriguera para no ser visto y una isla desierta en la que encontrarse a salvo y también un vehículo de huida."
("El viento de la luna" Antonio Muñoz Molina)

"Vivir es penar, decía mi abuelo, que tenía toda clase de virtudes salvo el optimismo."
"Para una mujer, tener un hijo en plena adolescencia es una experiencia límite (...). Un hijo de catorce, quince o dieciséis años está solo contra el resto del mundo, y el resto del mundo suelen ser sus padres."
"...decía Cicerón que el que aconseja solamente responde de sus buenas intenciones."
("Todas las muñecas son carnívoras" Ángela Vallvey)

"Hacía balas de perdón como si fuese heno."
"La vejez no es una batalla; la vejez es una masacre."
"También el deseo vehemente de que todo el mundo viviera. Y de que todo comenzara de nuevo."
("Elegía" Philip Roth)


(Imagen: notodo.com)

viernes, 22 de abril de 2011

Anónimo

Agujeros negros o porqué Hawking no tiene misterios para una madre

"Un agujero negro es una región finita del espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa en su interior, con enorme aumento de la densidad, lo que genera un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera los fotones de luz, pueden escapar de dicha región." Es decir, un agujero negro es un objeto con una gravedad tan fuerte que nada puede escaparse de él, ni siquiera la luz. Todo lo que pasa por el horizonte es atrapado dentro del agujero negro.

Bueno, bueno. Habrá quien encuentre indigestas estas palabras, quien recuerde sus años de estudio de la Física con aprensión. Habrá quien no se sobreponga al desconcierto de que haya  mentes tan preclaras en el Universo que puedan hablar sin que nadie, excepto unos pocos iniciados, los entiendan. Habrá incluso quien, impelido por un extraño e inexplicable deseo de saber, se lance a las páginas de Internet para intentar desentrañar algo más de este misterio que los  científicos estudian para, posteriormente, iluminarnos.

Para estos últimos, deseosos de aprender, anhelantes de descubrir algo nuevo cada día, aporto mi granito de arena. Según mi teoría de Madre con mayúscula los agujeros negros tienen un reflejo paralelo en la vida cotidiana, son regiones finitas y delimitadas que ocupan un espacio-tiempo en el hogar (e incluso en el coche). Cuando los científicos discuten si existen o no, cuál es el más grande o el más pequeño, cómo se crean o cómo se destruyen, qué me ocurriría si me cayera dentro, cuántos hay,  si hay alguno cercano a la Tierra, si son pasadizos a otro Universo... las Madres de Familia, así, con mayúscula de nuevo, tenemos datos irrefutables sobre todas estas cuestiones.

Primero: existir, existen. Sobre esto no hay duda. A los 5 años se encuentran en los bolsillos de los pantalones de nuestro hijo. A los 8, en los bolsitos Hanna Montana de nuestra niña. A los 14, debajo del colchón. A los 17, en el estante del armario. También nos sorprenden al ubicarse en el techo de una estantería, en el rincón más escondido del cuarto de baño, en el bolsillo de un albornoz, en la mochila de diario, en la de piscina, en la de excursiones, en la de educación física...
Segundo: todos son grandes. Cómo sino acogerían piedras, calcetines, muñequitos, un labial roto, tres canicas, la primera foto erótica encontrada, el preservativo que le repartieron en el instituto en la charla de sexualidad, un cargador de móvil, un colgante, dos pañuelos usados y uno sin usar, una lima, dos pegatinas, un chicle -usado o sin usar-, una bolsa de chuches, una linterna, llaveros, tazos, cromos, un mp3 que no funciona, el aparato de ortodoncia antiguo y el nuevo, la correa del reloj, el palestino, una funda de paraguas... y así hasta el infinito.
Tercero: se empiezan a crear cuando el Predictor da positivo y no se destruyen jamás. Por la experiencia de otras madres sé que, una vez los hijos se van de casa, se llevan todo menos sus agujeros negros que, inexplicablemente, siguen creciendo con cada visita.
Cuarto: no sólo están cercanos a la Tierra sino que son consustanciales a la vida en la Tierra.
Quinto: jamás nos llevarán a otro Universo porque, por desgracia para los hijos -y aquí lanzo un órdago a los supercientíficos para que lo expliquen- lo engullen todo menos a las Madres.

De las Supernovas ya hablaremos otro día.

Los ladrones de cuerpos

Hace muchos años, cuando yo veía películas de terror, ésta es una de las que más pesadillas me produjeron.
No había sangre, ni asesinos con sierras eléctricas, ni vampiros, ni tiburones que te arrancaban una pierna por menos de nada... La historia era mucho más inquietante porque el terror rozaba la piel en el calor del hogar.
Para quien no la conozca: un pueblo tranquilo, una comunidad de personas con vidas normales, con familias normales... De repente, la gente empieza a cambiar. Sale un día de casa (creo recordar que hacia unas dunas) y, cuando vuelve, parecen los mismos pero no lo son. Tienen los mismos ojos, la misma boca, la misma voz, los mismos ademanes... pero no son los mismos. En esta historia unas vainas gigantes (de origen extraterrestre) ocupan los cuerpos de los humanos para adueñarse de la Tierra.

Y mira tú por dónde, al cabo de los años, los ladrones de cuerpos han llegado a mi casa.
Tenía yo una criatura tierna y amorosa, un osito de peluche cálido y generoso que daba mucho más de lo que pedía. Y un día salió de casa y volvió como un osito de peluche armado: vociferante, impaciente, intranquilo, rebelde sin causa, víctima y verdugo de sí mismo. Mister Hyde, el hombre lobo, el conde Drácula, Hulk, la Bestia...

¿Dónde están esas vainas? ¡Que me las cargo!

(Imagen: cuadernosdecine.blogspot.com)

lunes, 11 de abril de 2011

Personajes (IV) Capitán Tan

Ah, qué aburrido, cargante, fatigoso, latoso, incómodo, insoportable, abrumador, engorroso, fastidioso, inaguantable, molesto, plasta, plomazo, plúmbeo y tedioso resulta este personaje.

El Capitán Tan de nuestra infancia aderezaba sus conversaciones con la famosa frase "En mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo" pero era entrañable porque nunca podía meter cucharada y se acomodaba a sus amigos y sus conversaciones.
Los insoportables Capitanes Tanes que nos rodean ni escuchan ni cejan en su empeño de hablarnos de sus aventuras viajeras.
Pero hay que ser exigentes y no conceder este preciado título únicamente a aquellos que cuenten sus viajes. El mundo se ha hecho pequeñito y quien más quien menos algo tiene que explicar.
No, nuestro personaje ha de cumplir unas condiciones indispensables como son:
1. Escoger sus destinos en función de que sus compañeros o amigos no los conozcan.
2. Huir desaforadamente de cruceros o viajes organizados que rebajen su estatus de viajero al escalón, siempre menospreciable, de turista.
3. Dejar los 1000 km. a la redonda de su domicilio exclusivamente para viajes de fin de semana.
4. Hacer fotografías en blanco y negro y/o diapositivas exclusivamente.
5. Seleccionar zonas de conflicto, depauperadas, azotadas por catástrofes naturales o de previsible riesgo inmediato como prioritarias.
6. Valorar adecuadamente los viajes realizados en función de los objetivos conseguidos: pérdida de maleta + diarrea + robo en el alojamiento= Bueno; pérdida de maleta + diarrea + robo en el alojamiento + golpe de estado + detención ilegal= Muy bueno; pérdida de maleta + diarrea + robo en el alojamiento + golpe de estado + detención ilegal + huracán, terremoto o tsunami + intento de secuestro= Excelente.
7. Poder superar el envite de cualquiera:
- He estado en la Patagonia.  - Pues no te vi.
- Mirad estas fotos de Capadocia.  - Yo viví allí seis meses.
- He ido con un grupo encantador.  - Yo siempre viajo solo para empaparme del ambiente.
- Hemos estado muy a gusto.  - He perdido diez kilos.

En fin, Capitán Tan, disfrute su viaje y su aventura pero ahórreme los detalles.

(Imagen: Maitena)

domingo, 10 de abril de 2011

Llevarse los cascos y contar bien el cambio

Esas dos condiciones eran las indispensables para que una criatura, no hace tanto tiempo, ya estuviera en condiciones de salir a comprar con eficacia.
Una lista de la compra típica, como las que me daba mi madre para el colmado de nuestra calle, podía incluir una botella de leche, dos yogures, un limpiador, medio kilo de patatas y un salchichón.
Con estos u otros encargos parecidos y con los cascos (los envases, en castizo) el angelito se dirigía a la tienda con su cesta. Volvía a su casa con los productos, el trozo de papel de estraza donde se apuntaba la cuenta y el cambio bien contado a su madre. Y fin de  la historia. Sostenibilidad. Implicación familiar. Responsabilidades al nivel de cada uno. Educación en estado puro.

Lo que parecía algo útil y sencillo intentamos reproducirlo con nuestros hijos y se convierte en una intrincada misión de la cual es difícil salir plenamente victorioso.
Veamos. Primer problema: el colmado de la calle ha desaparecido. Si recurrimos al paki, al chino o similar la barrera idiomática o los gustos étnicos pueden hacer que nuestro retoño no pueda solventar con éxito todos los encargos. Segundo: tenemos un super cercano pero la lista de la compra se vuelve un mensaje críptico para nuestro pequeño/a que, desolado y lloroso, intenta descifrar delante de los lineales. Dos yogures hemos escrito pero ¿cero, con salvia, sin frío, trozos, sabor, líquido, probiótico, con cereales, griego, con bífidus, enriquecidos, con fibra, pasteurizados...? Un limpiador pero ¿neutro, multiusos, bajo en COV, ácido, líquido, en polvo, desinfectante, con/sin lejía, desodorizante, desengrasante...? Una botella de leche pero ¿cruda, certificada cruda, pasteurizada, en polvo, condensada, con soja, sin lactosa, con calcio añadido, con calcio natural, con fibra, desnatada, entera, semidesnatada, saborizada, enriquecida...? Patatas pero ¿monalisa, roja, de Prades, de Galicia, nuevas, blancas, harinosas...? Un salchichón pero ¿de ciervo, de jabalí, con pimienta negra, de Vic, ibérico, hígado de Calamocha, cular, curado...? Tercero: con lo que se ha echado en el cesto -aproximadamente y por intuición algo se habrá acertado- nuestro desconsolado hijo intenta pagar en la caja: ¿Tienes uno de veinte, tarjeta del establecimiento, lo llevas justo, la bolsa son 3 céntimos, niño, porqué pita la alarma, qué llevas ahí...?

Abrimos la puerta de casa y lo recibimos en nuestros brazos agradecidas de que aquello que trae se parezca mínimamente a lo que le pedimos y rogamos para nuestros adentros que la experiencia no lo haya traumatizado para siempre jamás. El progreso, complicándonos las cosas.

(Imagen: Henri Cartier Bresson. Calle Moufetard. París 1958)

viernes, 8 de abril de 2011

La barandilla en los balcones (III)

Una entrega más para compartir la emoción de la lectura.

"La libertad sin opciones es un regalo del diablo."
"Si pagas cacahuetes, contratas monos."
(Naomi Klein "Nologo. El Poder de las marcas")

"Compartir un paraguas, reconozcámoslo, no deja de ser una gran intimidad, como quitarle a un hombre pelusas del abrigo... una pequeña e ingenua osadía."
"¿Es la memoria un don o, excuse la palabra, una maldición?"
"Es mucho más agradable ser débil que ser fuerte."
"...la conversación es un pequeño bebé al que se saca para que pase de mano en mano."
"La valentía es como un perro desobediente que, una vez  se ha escapado, cuanto más te empeñas en que vuelva más deprisa corre."
(Katherine Mansfield "Cuentos completos")

"El atractivo de una actividad es el resultado de dividir el placer que produce por el esfuerzo necesario para conseguirlo."
"El habla interior actúa como mediadora entre el impulso y la acción."
"Como decía Popper, conviene que los argumentos se enfrenten, para que no tengan que enfrentarse las personas."
"Los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía, decía Goethe."
"Pennac: ¡Qué pedagogos eramos cuando no estábamos preocupados por la pedagogía."
(José Antonio Marina "La magia de leer")

"El dolor es algo natural -había dicho-, superarlo es opcional."
"Como es habitual, la Santa Madre tenía esa expresión beatífica de los que se medican con litio."
"La esencia de los suicidios no era la tristeza ni el misterio, sino simplemente el egoísmo."
Jeffrey Eugenides "Las vírgenes suicidas")

(Imagen: virutas.wordpress.com)

jueves, 7 de abril de 2011

Editar la vida

Hace unos días vi cómo una persona editaba un vídeo. Las imágenes se ampliaban, se reducían, se iluminaban. Varias escenas se adelantaban en el tiempo y le daban más sentido a ciertas situaciones. Lo interesante, resaltado. Una música de fondo, la banda sonora adecuada a cada estado de ánimo, a cada expresión, a cada sonrisa. Pequeñas explicaciones intercaladas, textos que aclaran cosas, textos que las engrandecen. Y sobre todo cortes. Cortar lo que no gusta, lo que sobra, lo que no viene a cuento, lo que no interesa, lo que está fuera de lugar, lo que no aporta nada. Quitar lo que se cruzó sin motivo, lo que desluce, lo que afea, lo que no se entiende.
Pensé que era un bonito invento para el futuro. Pensé en la ciencia ficción. Los relatos de tiempos venideros incluyen viajes a la velocidad del sonido, vehículos supersónicos, comunicación telepática, miembros regenerables... Yo querría algo como la edición de vídeo.
Editar la vida. Volver atrás y cortar, añadir explicaciones, quitar sombras, dar luz, hacer lo que no se hizo, decir lo que no se dijo, suprimir el dolor y los errores. Aprovechar las oportunidades. Dar rienda suelta a los afectos. Reconocer a los culpables. Suprimir a los intrusos. Valorar lo perdido. Preparar el futuro. Diseñar los caminos.

Quizá algún día pueda hacerse. Editar la vida para vivirla plenamente. Editar la vida para ser feliz.

 (Imagen: es.paperblog.com)

martes, 5 de abril de 2011

Yo no lo veo, es que estaba haciendo zapping

Hay cosas inconfesables: la edad si eres una diva del escenario, a quién te llevó a votar el paro, lo que harías si no te condenaran por ello...
Pero si hay algo realmente, realmente inconfesable es que ves programas de los llamados de televisión basura.
Tu lista de programas (nunca demasiado larga, por favor) debe incluir algunos noticiarios (el de Piqueras no, por supuesto), unos documentales de baja audiencia (ya no están de moda los de animales de la 2: mucho mejor de economía, de ciencia o de viajes -eso no incluye Callejeros Viajeros-), algún programa de debate, alguna serie -siempre de culto- y, abriendo mucho la mano, algún programa de entretenimiento de personajes pesimistas (Wyoming, Buenafuente o similares).
Salirse de este abanico significa caer en el descrédito social. No perdamos eso de vista porque nuestra reputación puede verse mancillada en el momento en que algún comentario delate que sabemos el nombre de algún periodista despellejador, el nombre de alguna famosuela con ínfulas, los enredos amorosos, económicos, erótico-festivos o de cualquier otra índole de cualquier televisivo de Gabilondo para abajo.
Tenemos a nuestro alrededor a cientos de personas que se dejarían cortar un dedo antes de confesar que en algún momento de debilidad, de aburrimiento, de apatía o de relajación de costumbres han visto una tertulia de gritones, una puesta en escena de dramas familiares salpimentados con sorpresas desagradables, un cotilleo perverso, una recreación de vidas muertas y enterradas, una serie casposa, un noticiario sensacionalista...
Ha de tenerse un cuidado exquisito para que jamás, pero jamás, alguien pueda sospechar que hemos dejado a un lado "La insoportable levedad del ser" y hemos preferido ver un ratito de chismorreo para convencernos de lo bien que estamos nosotros de la cabeza.
Pero, claro, nadie es infalible y podemos, en un momento de descuido, hacer un comentario en voz alta sobre algo que estamos leyendo en el periódico del tipo "Anda, ésta se ha cambiado de programa" o "Uy, vuelve la nueva temporada de ....". Cuando eso nos ocurra y notemos miradas acusadoras sobre nosotros y sintamos que el suelo de nuestro prestigio se abre bajo nuestros pies sólo nos queda una salida: digamos con energía "Yo no lo veo ¿eh?, es que estaba haciendo zapping".

(Imagen: ideasnaranja.com)

domingo, 3 de abril de 2011

La Reina de los Males

"Soy la Reina de los Mares
ustedes lo van a ver,
tiro mi pañuelo al suelo
y lo vuelvo a recoger."

Así empezaba una canción con la cual saltábamos a la cuerda en nuestra tierna infancia mientras soñábamos con ser reinas de alguna cosa: de los mares o de lo que fuera.
Y por fin lo hemos conseguido. A estas alturas está claro que somos las Reinas de los Males. La publicidad se encarga de recordárnoslo desde la plataforma televisiva.
¿Cómo que no? Vamos a hacer un repaso.
- Pies cuarteados. Vergüenza al subir las escaleras mecánicas pues todos los ojos están puestos en sus talones. ¿Protagonista? Una mujer.
- Piernas doloridas, hinchadas, cansadas. No puede llegar a casa y hunde sus piernas en una fuente pública. ¿Protagonista? Una mujer.
- Uy, no puede sentarse por el fastidio que sufre en silencio. El sillón es su peor enemigo. ¿Protagonista? Una mujer.
- Manos como un pescador noruego sin ser un pescador noruego. ¿Protagonista? Una mujer.
- Retirada estratégica del filo de la mesa. Barriguita sospechosamente disfrazada de pez globo. ¿Protagonista? Una mujer.
- Ir de turista y no querer soltar lastre a menos que se coman yogures a tutiplén o se hagan chutes molestos. ¿Protagonista? Una mujer.
- Y, por supuesto, los males masculinos siempre compartidos con una mujer: dentaduras que se mueven, pelo que se cae, espalda que cruje, ojos que lagrimean...
Parece que sólo nos libramos de la irritación del afeitado diario. ¿O tampoco?

(Imagen: es.123rf.com)

viernes, 1 de abril de 2011

Abril florecía

"Abril florecía
frente a mi ventana.
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido,
vi las dos hermanas.
La menor cosía,
la mayor hilaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas
la más pequeñita,
risueña y rosada
su aguja en el aire,
miró a mi ventana."

Antonio Machado y el mes de abril siempre irán unidos para mí. Vinculados para siempre por un poema que, hace ya muchos años, aprendí en la escuela.
Así es la memoria: une, ata, relaciona, desecha, escoge, olvida, recupera, valora, absuelve, acusa, reparte, miente, esconde, ilumina...
La memoria construye nuestra vida, le da sentido. A veces recordar es doloroso pero olvidar lo es más, como mucha gente descubre.
Reivindiquemos la memoria, el recuerdo. Saquemos las fotos, aireemos los baúles, refresquemos el pasado, recuperemos la infancia y la juventud, reconciliémonos con todo lo pasado. Abril nos ayuda: la luz, el aire, la vida que vuelve por encima de todo. Abril y el renacer. Abril y lo bueno que nos queda por vivir. El recuerdo y el futuro. La nostalgia y la ilusión.
Que nadie nos robe lo vivido y lo venidero. Que nadie nos robe el mes de abril.

 (Imagen: Alejandro García Barranco)

Vuelos Herodes

Acabo de oír en la tertulia de Cuatro que la compañía Ryanair ofrecerá vuelos "sin niños". Los viajeros que compren sus billetes en estos vuelos deberán pagar más por ellos pero, a cambio, viajarán en el relax y la paz que sólo proporcionan los adultos.
Me parece una buena solución para adultos sin hijos, adultos con hijos en edades no molestas y adultos con hijos en edades molestas que han podido huir de ellos por unos días.
No obstante creo que esta compañía y otras muchas que quieran seguir su ejemplo podrían realizar vuelos adaptados para las diferentes idiosincrasias de cada uno de nosotros.
Así pues alabo su propuesta y añado otras de mi propia cosecha que podrían proporcionar suculentos beneficios a las compañías aéreas y un confort adicional a los viajeros.
Allá van:
- Vuelos estéticos: excluirían a los feos, malhechos y malrematados.
- Vuelos Quasimodo: excluirían a los guapos y atractivos.
- Vuelos nudistas: como su propio nombre indica.
- Vuelos familiares: oyentes de la Cope y fans de Rouco Varela.
- Vuelos homo: parejas del mismo sexo.
- Vuelos hetero: parejas de diferente sexo.
- Vuelos Falete: gordos.
- Vuelos Olivia: flacos.
- Vuelos Dorian Gray: sin abuelos.
- Vuelos Los Pajaritos: para mayores de 65.
Y así sucesivamente.
No he puesto el evidente -hombres, mujeres- porque éste debería ser ya de obligado cumplimiento.Con la ayuda de estas medidas evitaríamos contaminarnos de actitudes diferentes, de imágenes distintas, de voces discordantes, de posturas opuestas, de seres que nos son ajenos.
Larga vida a los cerebros que siempre están ofreciendo nuevas ideas para que la Humanidad enderece su camino.
(Imagen: anibatyisrael.blogspot.com)