sábado, 19 de marzo de 2011

Personajes (III) Papa dicit

Ay, qué difícil es vivir teniendo a algún "Papa dicit" cerca.

Situémonos. ¿Quién es un "Papa dicit"? Si traducimos directamente del latín: "El Papa dice". Ahora ya nos podemos hacer una idea.

Es una de esas personas que hablan y necesitan paralizar al personal. A diferencia de los Maestro Liendres su  tono es mayestático, profundo. No se rebajan a temas intrascendentes. Esperan el silencio y si no es así, no continúan. No es que rebatan las opiniones ajenas, es que ni siquiera las tienen en cuenta. Hablan siempre desde un púlpito, tarima, estrado virtual o lo que sea que les ponga por encima de los demás. Elevan la voz pero con eco. Se escuchan, toman notas de lo que ellos mismos dicen (debe ser para citarse posteriormente).

Su sapiencia debe dejarnos boquiabiertos. Debemos rendirnos a su elocuencia. Si alguien quiere rebajar el tono, se enfadan y son capaces de levantarse y dejarlos con la palabra en la boca.

Si en la vida personal son molestos en la profesional son insufribles. Monopolizan las reuniones, alargan las intervenciones, las caracolean. Son capaces de decir lo mismo que tú acabas de decir pero haciéndote ver que tú no lo has dicho. Huyen de las intervenciones únicas como de la peste: siempre empiezan avisando (¿o será amenazando?) de que van a tratar diversos puntos.

En fin, personalizan la infalibilidad y la condescendencia hacia los pequeños seres que los rodeamos y que somos agraciados con su presencia.


Como decía Serrat en una maravillosa canción con mejor destinatario: "Dios y mi canto saben a quién nombro tanto" (Menos mal que no lee este blog).

(Imagen: Maitena)