jueves, 8 de septiembre de 2011

El poder de las risas compartidas

Hay días memorables, días históricos, días que se te quedan grabados para bien o para mal. Días trascendentales, días únicos.

Y también hay días luminosos de los que quizá no se recuerden las conversaciones que se tuvieron, ni lo que ocurrió, ni quién dijo qué. Y, sin embargo, te recargan energías perdidas, te devuelven la fe en la conversación, en la complicidad.  
Días como los que viven los adolescentes -de quienes ya nos sentimos tan lejanos-  en los cuales el compartir risas, chismorreos, experiencias, opiniones y hasta simplezas nos devuelve una alegría genuina, sin intereses ni angustias, que jamás debimos perder.

Celebremos el haber disfrutado un día de luz como la que traen aquellos que te alegran.

(Imagen: enrike45.wordpress.com)