domingo, 3 de abril de 2011

La Reina de los Males

"Soy la Reina de los Mares
ustedes lo van a ver,
tiro mi pañuelo al suelo
y lo vuelvo a recoger."

Así empezaba una canción con la cual saltábamos a la cuerda en nuestra tierna infancia mientras soñábamos con ser reinas de alguna cosa: de los mares o de lo que fuera.
Y por fin lo hemos conseguido. A estas alturas está claro que somos las Reinas de los Males. La publicidad se encarga de recordárnoslo desde la plataforma televisiva.
¿Cómo que no? Vamos a hacer un repaso.
- Pies cuarteados. Vergüenza al subir las escaleras mecánicas pues todos los ojos están puestos en sus talones. ¿Protagonista? Una mujer.
- Piernas doloridas, hinchadas, cansadas. No puede llegar a casa y hunde sus piernas en una fuente pública. ¿Protagonista? Una mujer.
- Uy, no puede sentarse por el fastidio que sufre en silencio. El sillón es su peor enemigo. ¿Protagonista? Una mujer.
- Manos como un pescador noruego sin ser un pescador noruego. ¿Protagonista? Una mujer.
- Retirada estratégica del filo de la mesa. Barriguita sospechosamente disfrazada de pez globo. ¿Protagonista? Una mujer.
- Ir de turista y no querer soltar lastre a menos que se coman yogures a tutiplén o se hagan chutes molestos. ¿Protagonista? Una mujer.
- Y, por supuesto, los males masculinos siempre compartidos con una mujer: dentaduras que se mueven, pelo que se cae, espalda que cruje, ojos que lagrimean...
Parece que sólo nos libramos de la irritación del afeitado diario. ¿O tampoco?

(Imagen: es.123rf.com)