jueves, 28 de abril de 2011

Cómo sufrir fácilmente

Saber sufrir es un don. Con él se nace pero también puede cultivarse adecuadamente y perfeccionarlo con el paso del tiempo.
Un buen sufridor o sufridora debe saber que toda situación agradable o placentera encierra una posible consecuencia negativa. No debe olvidarse que un periodo de buena racha es preludio de alguna desgracia que nos acecha.
El refranero popular, deconstruido adecuadamente, puede ser un vivero de consejos, un ramillete de pistas que nos acerquen hacia el objetivo de ser unos auténticos sufridores.
Para muestra unos botones: "Después de la calma siempre viene la tempestad", "No hay bien que por mal no venga", "Menos se perdió en la guerra", "Duelos con pan son duelos", "No hay daño que tenga apaño", etc., etc.

Podemos ser sufridores generalistas o sufridores especializados. Si nos atrae el mundo generalista nuestro sufrimiento puede diversificarse: nos hace sufrir lo propio, lo ajeno, lo real, lo inventado, lo presente, lo pasado, lo futuro...
Si queremos una especialidad podemos escoger entre sufridores retrospectivos (siempre es lo pasado lo que les importa), sufridores prospectivos (nos centraríamos en el futuro), sufridores internos (lo propio), sufridores externos (lo ajeno), sufridores de la salud, de la economía, de la ecología, etc.

Ahora bien, en el tema del sufrimiento, el grado más alto en el escalafón lo ocupa el sufridor universal retrospectivo prospectivo. Este estatus no está al alcance de cualquiera y requiere empeño, condiciones y experiencia. Debe este sufridor preguntarse si lo que hizo, dijo, obvió u omitió fue lo correcto y debe llegar a la conclusión de que NO. Debe también preguntarse si lo que pasará mañana, el año que viene o la próxima década será mejor y debe concluir que NO. Debe meditar si el futuro del planeta es halagüeño, si su salud mejorará, si sus caminos serán despejados... A éstas y otras preguntas deberá siempre contestar que NO. A la hora de evaluar los triunfos, los logros, las mejoras... se achacarán siempre a la suerte pasajera a punto de volverse en contra. A la hora de evaluar los achaques, los reveses, las penas... deberá deducirse que así es la vida y así seguirá siendo.

Perseverad en ello y quizá lleguéis a la excelencia en este aspecto. Si sois madres probablemente llevéis algo de ventaja para llegar a alcanzar la meta.
(Imagen: Flickr)