jueves, 17 de febrero de 2011

Yo era mejor madre cuando no tenía hijos

He querido que mi blog se llame así porque así es como me siento en este momento de mi vida: peor madre que nunca.


Mis ositos de peluche se han convertido en ositos de peluche armados y, como francotiradores sin corazón, tiran a todo lo que se mueve.

Lo que se mueve incluye, en primer lugar, a su madre, que soy yo. Pero me siento segura porque este río turbulento lo cruzaron antes que yo millones de mujeres y salieron, con cicatrices, pero salieron.

Es rigurosamente cierto que yo era mejor madre cuando no tenía hijos: sabía cómo había que tratarlos en cada etapa de su vida; cómo superar la etapa del no, la del por qué, la del jo, y hasta la del túflipas; cómo vestirlos cuando se dejaran y cómo aconsejarlos cuando se vistieran ellos; cómo darles raíces y alas (que me parecía una frase preciosa hasta que descubrí que viene sin libro de instrucciones); cómo quererlos cuando menos lo mereciesen porque sería cuando más lo necesitaran (toma ya otra frase de toreo de salón)...

Y aquí estoy: perdiendo la paciencia, gritando hasta desgañitarme, mirándolos de arriba a abajo cuando se colocan la última prenda que compraron, acumulando rencor -poquito a poquito- contra lo que más quiero.

Yo era mejor madre cuando no tenía hijos. Esperemos que ellos no sean mejores hijos cuando ya no tengan madre.

5 comentarios:

  1. Anna, ja he enllaçat el teu blog, m'agrada molt el títol i que t'hagis animat a fer-lo. Sàvies reflexions, em temo que també som millors fills quan no tenim pares, per desgràcia. Les relacions aquestes sempre estan molt bé en la teoria, en la pràctica resulten molt diferents i complicades, jeje. Una abraçada i endavant!!!

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado tu visión, y la verdad es que es cierto. Cuando no somos madres, opinamos de los demás, miramos mal según que acciones, tanto de hijos o de padres..., pero opinar y decir sin saber, y sin estar en la situación, es fácil hacerlo. Cuando somos madres en el presente, todo cambia. Hemos de hacer y seguir nuestro instinto maternal, como mejor y bien sepamos hacer, sin opinar de los demás, porque todos padres somos diferentes y podemos actuar de distinta forma, al igual que los hijos, no hay ninguno idéntico.
    Saludos Ana.

    ResponderEliminar
  3. Ana, aunque lo "has clavado" y somos muchas las madres que nos podemos sentir identificadas con tu exposición, yo voy a hacer una reflexión en positivo. Quiero compartir contigo el recuerdo de lo importante que son y han sido para nosotras nuestros padres, pese a la lucha que en nuestro momento y a nuestra manera mantuvimos con ellos. Me agarro a la idea de la teoría del eterno retorno para así relativizar la situación y hacerla lo más llevadera y gratificante posible. No sea que nos pase como a Bruno, la oveja sin suerte y cualquier otra situación pudiera empeorar más nuestra existencia.Tienes unos hijos maravillosos y muy listos que hacen lo que les toca en este momento. Sin más.

    Un beso, que tú vales mucho como persona y por supuesto como madre.

    Paqui Serrano

    ResponderEliminar
  4. Muchísimas gracias.
    Estamos en trásnsito, como pasajeros de avión.
    Esperemos llegar con bien a nuestro destino.

    ResponderEliminar