viernes, 22 de abril de 2011

Los ladrones de cuerpos

Hace muchos años, cuando yo veía películas de terror, ésta es una de las que más pesadillas me produjeron.
No había sangre, ni asesinos con sierras eléctricas, ni vampiros, ni tiburones que te arrancaban una pierna por menos de nada... La historia era mucho más inquietante porque el terror rozaba la piel en el calor del hogar.
Para quien no la conozca: un pueblo tranquilo, una comunidad de personas con vidas normales, con familias normales... De repente, la gente empieza a cambiar. Sale un día de casa (creo recordar que hacia unas dunas) y, cuando vuelve, parecen los mismos pero no lo son. Tienen los mismos ojos, la misma boca, la misma voz, los mismos ademanes... pero no son los mismos. En esta historia unas vainas gigantes (de origen extraterrestre) ocupan los cuerpos de los humanos para adueñarse de la Tierra.

Y mira tú por dónde, al cabo de los años, los ladrones de cuerpos han llegado a mi casa.
Tenía yo una criatura tierna y amorosa, un osito de peluche cálido y generoso que daba mucho más de lo que pedía. Y un día salió de casa y volvió como un osito de peluche armado: vociferante, impaciente, intranquilo, rebelde sin causa, víctima y verdugo de sí mismo. Mister Hyde, el hombre lobo, el conde Drácula, Hulk, la Bestia...

¿Dónde están esas vainas? ¡Que me las cargo!

(Imagen: cuadernosdecine.blogspot.com)

2 comentarios:

  1. Més endavant cauen les 'vainas', generalment, però ja no torna l'osset de peluix, ep. Poca broma.

    Rebels sense causa, però, cap ni un. La vida i el món ja són prou causa de rebel·lia adolescent i juvenil.

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  2. De vegades lluiten contra enemics equivocats.

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